Inspiración en el romanticismo del estilo monárquico francés, mostrándose este en las altísimas pelucas que lucían las modelos y en las líneas con las que estaban diseñados cada uno de los vestidos, con claras reminiscencias a la reina María Antonieta. Sin embargo, la esencia de la firma se ha mostrado intacta gracias a la ya conocida excentricidad y descaro que define cada uno de sus desfiles y a una de sus señas de identidad más importantes: las chaquetas moteras, esta vez estampadas con llamativos motivos florales.